domingo, 23 de noviembre de 2008

Pesadillas con leche

Antes de llegar a mi casa compré medio galón de leche porque me encanta la leche. En este depa uno debe ponerle nombre a sus cosas para que nadie lo tome, aunque de cualquier modo cada quien sabe de quien es que cosa. Yo ya estaba acostado cuando recordé que no lo había puesto nombre a mi leche pero no me quise levantar solo para eso... Sin embargo... ¿Y si alguien se la tomaba? Nah, cada quien sabe cual es su leche... Pero... ¿y si se confundían?

A mí me encanta la leche, recuerdo cuando era niño y mi abuela solía criar vacas, yo siempre que iba a casa de mis abuelos me bebía un vaso enorme de leche de vaca recien hervida. Hoy en dia la leche no sabe tan rica como antes, ahora tiene mas agua que otra cosa.

Con este recuerdo me quedé dormido.

Me levanté y todo adormilado fui a la cocina por un buen trago de leche. Al pasar por el comedor ví que estaba la hija de mi roomie Mario sentada en la mesa bebiendo un vaso de leche. Espero no se haya tomado mi leche, pensé. Pero al llegar al refrigerador vi que mi galón de leche estaba vacío. Voltié a ver la niña de Mario y le dije "Te tomaste mi leche, eh", pero ella me vio asi toda linda como una niña que solo fue a beber un poco de leche sin saber realmente de quien era asi que yo nomás le sonreí y me regresé a mi cuarto con todo y ganas de un buen vaso de leche.




-Tio, te encanta la leche, ¿Verdad?- Me dijo Guille riendose.
-Si... ¿Por?-
-Te gusta tanto que hasta tienes pesadillas de gente bebiendose tu leche-.