viernes, 18 de julio de 2008

La vajilla sagrada

Era un valle grandisimo, y en medio de ella una solitaria montaña piramidal. Estabamos en una especie de campamento como a uno o dos kilometros de esa pirámide extraña. Ana Rocio, Blanca, Hernán y yo. Teniamos como una especie de campamento... Bueno, era una simple carpa que estaba ahi. Como si alguien antes la hubiera puesto ahi para aquellos que iban camino a la montaña pudieran descansar en su sombra ya que no habia ni un solo árbol.
Esa pirámide habia sido construida por una muy antigua civilización... Definitivamente era una civilización pre-colombina, mas no recuerdo cual. Nos acercabamos y veiamos un resplandor que rodeaba la inmensa puerta. Caminabamos y caminabamos pero la pirámide se veia igual. Platicabamos de varias cosas, no recuerdo bien de que la verdad. Solo recuerdo el sol, el sudor en la frente y la inmensa pirámide acercandose muy pero muy lentamente.
Hasta que llegamos.
Entramos por la inmensa puerta y adentro...
¡CIELOS!
¿Que clase de edificio antiquísimo es este? Entrando habia puertas que se abrian automaticamente. El piso era de azulejo blanco brillante, habia pantallas planas por todos lados contando muchas cosas. Era como un museo cuya recepción gozaba de todas los avances tecnológicos que se pueden imaginar.
No habia nadie.
Entramos a la sala donde estan todos los objetos antiguos de esa civilización. Y de alguna manera empecé a destruir todo, pero sin querer. Me tropecé y tumbé un jarrón, al querer atraparlo rompi unos platos viejísimos. Y asi y asi fui destruyendo todo lo que había en el lugar. Pero al salir de esa habitación, todo preocupado, vi que no hay nadie entonces aprovecho para irme de ahi inmediatamente. Pero cuando ya estoy saliendo del edificio vi que sale el encargado que nunca habia visto antes junto con unos guardia persiguiendome. Pero yo tenia una especie de báculo que cuando empujaba el suelo con el, salia volando segun la dirección con la que empujaba el báculo. Asi es como hui sin que me atraparan, pero ellos me sequian persiguiendo y no cesaban.
De alguna manera la persecusión llegó a un super mercado, yo iba volando/saltando de pasillo en pasillo, pero eran demasiados guardias. Son tantos que me roderon y me quedé atrapado. Miré al cielo y vi que hay de esas estructuras de metal que hay en los techos de ese tipo de lugares grandes. Entonces por última vez, empujé el suelo con mi báculo y salí disparado hacia el techo buscando una salida, algun agujero en el techo tendria que encontrar para salir y huir.
Pero luego...
No sé que pasó...

2 comentarios:

anah dijo...

aun no entiendo que hacemos la Blanca, el Hernán y yo ahí!

Aarón Avilés dijo...

RUIDO! MUCHO RUIDO!